Es uno de los 261 presos que se escaparon del penal chileno de Chillan en febrero de 2010. Luego también huyó en Misiones tras ser detenido en la frontera con Paraguay.
Esteban Alejandro García Rebolledo (32) conoce de fugas. El preso de nacionalidad chilena que en la madrugada de este lunes perpetró un singular escape de la sede de la Policía Federal de Mar del Plata cuenta con al menos tres evasiones en su historial, una de ellas gracias a un terremoto.
El 27 de febrero de 2010 un terremoto de 8,8 grados en la escala Ritcher hizo temblar una parte del centro de Chile y afectó a distintos centros penitenciarios. Una de las cárceles que más sufrió el embate del sismo fue la de Chillán, donde los internos aprovecharon la extrema circunstancia para provocar un motín. La caída de muros perimetrales, el desconcierto de los guardias y un caos provocado por el motín permitió que 261 presos lograran evadirse. Entre ellos estaba García Rebolledo, quien cumplía allí una condena por robo violento.
La mayoría de los fugados fueron detenidos a las pocas horas pero otros diez pudieron mantenerse durante años en la clandestinidad. En el grupo selecto de los que más tiempo sobrevivieron prófugos estaba García Rebolledo, al que se le atribuyó una enorme capacidad para mutar de lugar de residencia y demoler todo contacto con sus familiares y amigos.
En el año 2013 solo quedaban cuatro evadidos gracias a la labor esforzada de Policía de Investigaciones (PDI) de Chile, que se introdujo en zonas montañosas y fue dando uno a uno con los delincuentes buscados.
Sin embargo Rebolledo logró mantenerse durante años en la clandestinidad hasta que en agosto de 2016 pretendió cruzar desde Argentina a Paraguay por el Puente Internacional San Roque González de Santa Cruz. Ese intento disparó las alertas de la policía internacional (Interpol) y quedó demorado de manera preventiva.
La base de datos de Migraciones emitió un alerta sobre la identidad de García Rebolledo, quien se manejaba en Argentina sin cambiar sus datos filiatorios. Tras ser detenido quedó a disposición de Gendarmería Nacional Argentina (GNA) en el mismo cruce que conecta el territorio argentino con Encarnación de Paraguay. No obstante, eso no supuso un gran problema para García Rebolledo, quien pudo escapar ante el escaso nivel de custodia que tenía el lugar.
Horas más tarde personal policial misionero lo localizó mientras se hallaba a bordo de un colectivo de la línea 01. Lo detuvieron y un juzgado federal inició entonces toda la tramitación para enviarlo a Chile.
Luego de esa circunstancia adversa para sus aspiraciones de libertad, García Rebolledo volvió a desaparecer. De esa última evasión los datos se perdieron y hasta hoy se desconoce cómo pudo quedar libre. Interpol reactivó la búsqueda con alertas en todas las policías nacionales y precisamente fue esa la que llamó la atención de la Policía Federal de Mar del Plata cuando fue detenido.